

Discover more from De analógico a digital
WhatsApp vs. Telegram. Una batalla desigual
El mundo de las aplicaciones de mensajería para dispositivos móviles ha evolucionado mucho de unos años a esta parte. Hoy le echo un vistazo en profundidad a la batalla que libran WhatsApp y Telegram por coronarse como la App definitiva para la comunicación por mensajes
Al principio solo había SMS
Desde que los móviles se volvieron inteligentes y adquirieron nuevas funcionalidades, el tema de la mensajería ha evolucionado mucho. Al principio los tradicionales SMS solo servían para enviar breves avisos que fueran realmente importantes. Porque no hay que olvidar que costaban un buen dinero de la época.
En los primeros años de los 2000 la telefonía móvil se basaba sobre todo en ofrecer una buena experiencia a la hora de hablar por teléfono, y los mensajes de texto (además de ser una autentica molestia escribirlos con un teclado exclusivamente numérico) eran como digo bastante costosos de enviar y tampoco es que fueran muy cómodos de leer. Las pantallas de los móviles pre smartphone eran muy pequeñas y no invitaban a leer textos largos.
Y quitando las famosas Blackberry, que tenían un teclado diminuto pero muy útil para la época en lo que a escribir texto se refiere, el resto de móviles eran horribles de usar para mandar SMSs. Aun así, los usábamos y contrariamente a lo que se pueda pensar lo hacíamos mucho. Pese a ser muy incomodos de usar la gente aprendió a escribir con bastante fluidez y sobre todo aprendimos a abreviar mucho las palabras para expresas con pocos caracteres lo máximo posible. Era una época de imaginación donde buscábamos sintetizar a través del ingenio.
WhatsApp. La App que lo cambió todo.
Todo esto empezó a cambiar cuando los smartphones abrieron las puertas a las tiendas de aplicaciones. Un mundo abierto a que llegaran desarrolladores muy creativos con ideas sencillas pero efectivas. Y una de las primeras aplicaciones de las que tuve constancia al poco de comprarme mi primer smartphone fue WhatsApp. Me llegó un SMS de una de mis hermanas preguntándome si conocía la aplicación y pidiéndome que me la descargara. Con el tiempo he llegado a la conclusión de que la propia WhatsApp en sus orígenes enviaba ese mensaje de texto a coste cero a todos los contactos que tuvieran quienes se instalaban por primera vez la App. Algo que hoy en día sería impensable, por temas de privacidad y demás, pero que allá por 2009 no parecía ser algo tan importante.
El caso es que aunque no sabía de que me hablaba mi hermana, ya me picó la curiosidad e investigue un poco qué era eso de WhatsApp. Poco tarde en descubrir que se trataba de una aplicación de mensajería que mágicamente ofrecía barra libre en los SMS a todos aquellos que tuvieran instalada la App. De todas formas tardé aún un tiempo en entrar por el aro porque en ese momento poca gente tenía smartphones y menos aún estaba dentro de WhatsApp.
Lo que no se puede negar es que ellos fueron los primeros en ver el negocio y ofrecer una solución a un problema. Las operadoras de telefonía estaban desangrando a sus usuarios con unos costes desmedidos en el precio de los SMS. Estaba claro que esos mensajes eran cada vez mas necesarios para miles de casos y conversaciones breves y puntuales. Así que aplicaciones como WhatsApp tenían el terreno abonado para crecer como la espuma y crear todo un negocio paralelo alrededor de la mensajería para móviles.
Telegram. La alternativa silenciosa.
Cuatro años después de lanzarse WhatsApp llegó Telegram. Lanzada en agosto de 2013 y creada por los hermanos Nikolái y Pável Dúrov, de origen ruso. Esta aplicación en origen parecía un clon de WhatsApp y además llegaba 4 años mas tarde. Si bien es cierto que en 2009 el parque de smartphones a nivel mundial no era tan grande como en 2013, aquí lo importante fue que en esos años WhatsApp consiguió hacerse un nombre y que todo el mundo se descargara su aplicación. No conllevaba ningún coste, ofrecía un gran servicio, era sencilla de usar y sobre todo daba a cambio mensajes gratis ilimitados. ¿Quién se podía resistir a eso en 2009?
El principal problema al que se enfrentó Telegram era que para que la gente la usara hacia falta que tu red de contactos la tuviera instalada, y nadie quería una segunda aplicación que hacía lo mismo que WhatsApp, si esta ya la tenías descargada en tu móvil. Así que nadie la instalaba porque nadie la estaba usando. Fueron pocos los que apostaron por Telegram al principio, y eso que desde el inicio dejó claro que eran aplicaciones diferentes. Con muchos puntos de unión, si, pero muy distintas en su planteamiento.
Supongo que a estas alturas todo el mundo conoce o ha oído hablar de Telegram, pero por si acaso hay alguien que aún desconoce de que se trata voy a intentar explicar cómo funciona y qué la diferencia de otras alternativas del mercado como WhatsApp.
Aplicaciones similares con grandes diferencias.
Lo principal es que Telegram siempre ha estado muy enfocada a ofrecer una comunicación privada. Como todas las apps y programas es susceptible de recibir ataques maliciosos y por supuesto no es infalible, pero desde luego Telegram siempre ha optado por brindar a sus usuarios una mayor seguridad y privacidad que el resto de aplicaciones de mensajería.
Quizás el otro punto diferencial que mas me gusta de Telegram es lo versátil que es. Es de esas aplicaciones que implementan antes que el resto las novedades mas interesantes. De hecho ha mutado tanto que podríamos decir sin temor a equivocarnos que es mas una red social que una plataforma de mensajería para dispositivos móviles. Esto ya no se trata solo de enviar pequeños textos y comunicarnos con alguna persona o grupo de personas. En Telegram hay comunidades enteras que comparten textos, audios, videos, documentos, enlaces y todo tipo de información. Hay chats con cientos y miles de usuarios, existen canales de difusión que distribuyen noticias, se pueden crear salas de Social Audio en directo, permite hacer llamadas y videollamadas grupales, es que las posibilidades son tantas que me llevaría todo el episodio explicarlas una a una. Sintetizando se puede decir que es una red social y que sigue explorando nuevas formas de crecer y mejorar sus servicios.
Por otro lado WhatsApp también ha evolucionado para reconvertirse en una red social. Lo esta haciendo a su manera, que es a la manera de Facebook, o como se llama ahora Meta. Pero esta cambiando para parecerse mas y mas a una red social tradicional. Para empezar todos nuestros contactos están ya ahí, y si no están todos al menos el 90% de ellos. Eso es algo de lo que muy pocas redes sociales pueden presumir. El que no ha acabado huyendo de Twitter o Instagram lo ha hecho de Facebook, pero la tendencia es a evitar cada vez mas ciertas redes sociales por todo lo que nos exigen y porque lo que nos dan ya no atrae tanto. Pero sin embargo redes como WhatsApp no están tan mal vistas e incluso pueden ser excluyentes para quienes no forman parte. Yo mismo he querido marcharme de WhatsApp en varias ocasiones y no he podido evitar volver puesto que ciertas personas de mi entorno familiar no pueden salir de ahí.
Esas ataduras son un claro argumento para que WhatsApp pueda desplegar nuevas funcionalidades de las clásicas redes sociales sin que la gente la abandone. Ahí están los estados, ese añadido de videos y fotos con caducidad que invitan a que entremos y a que curioseemos por la aplicación. ¿Qué sentido tienen dentro de una plataforma de mensajería los famosos estados de WhatsApp? Lo cierto es que ninguna, pero ahí están y se han acabado haciendo un hueco.
Otro punto a favor para WhatsApp son las llamadas de audio y las videollamadas. Todo gratis, o mejor dicho, todo dentro de nuestro plan de datos o de la red wifi mas cercana. Si ya vivimos las consecuencias del boom de la barra libre en la mensajería, ahora estamos viendo las de la barra libre en las llamadas de audio y video gratuitas. Los planes de precios de las tarifas planas de datos han sido una parte de esas consecuencias. Algo que en cierta medida ha beneficiado a los consumidores pero que a cambio nos pide un peaje, la privacidad.
Que empiece la batalla.
La gran batalla para los próximos años será el tema de la privacidad de nuestros datos. Hoy es el día que millones de usuarios han migrado de WhatsApp a Telegram por este motivo. Pero esto va a ir a mas en los próximos años, sobre todo a medida que veamos una mayor invasión del espacio personal de la gente por medio de estas supuestas plataformas de mensajería. Seguridad y privacidad son ya argumentos de ventas y desde luego son un motivo de cambio de mucho peso.
En este sentido creo que la batalla tan desigual que libran WhatsApp y Telegram le pasara factura a la primera en favor de la segunda. Cuando digo batalla desigual me refiero a que todavía hay un abismo entre ambas redes sociales, tanto de usuarios activos como de políticas de empresa o planes de futuro. No debemos dejarnos engañar por las cifras, que WhatsApp tenga 3 veces mas usuarios a nivel mundial no es sinónimo de que vaya a reinar para siempre. Desde que Facebook compró WhatsApp en 2014 no ha hecho mas que virar en una dirección distinta a la de sus orígenes. Su enfoque comercial y de explotación de los datos que posee son un arma de doble filo. Es una gran herramienta para los pequeños y medianos negocios, que ya tienen en WhatsApp Business un aliado para generar mas ingresos. Pero también genera muchas dudas sobre el tratamiento que hace de la ingente cantidad de datos que acumula minuto a minuto. Creo que la aplicación encierra demasiados peligros como para ignorarlos. Sigo viéndola como un caballo de Troya del universo de Facebook, algo que me aterra y por lo que yo hace tiempo decidí huir.
Por otro lado Telegram también tiene sus carencias. Aunque no deja de mejorar y evoluciona muy delante de sus competidores, tengo la sensación de que es mucho mas vulnerable que WhatsApp ante un gran ataque informático.
Un futuro difícil de predecir.
Por último quedaría hablar sobre el futuro a largo plazo de estas plataformas. Es muy arriesgado aventurarse a decir qué pasará en 5 o 10 años. Algo me dice que seguiremos muy anclados a los mensajes de texto y a WhatsApp y Telegram. Se han vuelto demasiado cómodas y sencillas de usar como para desecharlas por el miedo a que estas invadan nuestra privacidad. Y aquí no hablo por mi, sino por el grueso de la población de a pié que no está preocupada con cómo se tratan sus datos. Salvo que haya un gran problema de seguridad o de servicio, dudo mucho que la gente tome medidas drásticas y sostenibles en el tiempo. Somos animales de costumbres y los mensajitos se han convertido en una muy habitual.
Creo que vamos a acabar por aprender a usar estas plataformas correctamente. Con el tiempo hemos visto que menos es mas; menos uso de redes sociales es mas tiempo de vida con tus amigos y familiares, menos adicción al móvil es mas salud mental, y así con varios aspectos relacionados con la tecnología. Por eso, creo acabaremos por enviar menos mensajes y emplear menos tiempo en estas redes sociales disfrazadas de plataformas de mensajería. Confío que en los próximos 5 o 10 años traslademos ese tiempo a relaciones mas físicas y emocionales y menos digitales. Y esto lo dice un defensor de la tecnología, pero es que todo tiene un recorrido y creo que el de los chats eternos con cientos de mensajes de WhatsApp esta empezando a llegar a su fin.
Newsletter lanzada originalmente el 10-12-2021