La polarización de las redes nos afecta.
En esta Newsletter no me verás posicionarme a un lado u otro del espectro político porque considero que mis tendencias no deben reflejarse en estas misivas semanales. Aquí reflexiono sobre el impacto de la tecnología en la sociedad actual y las diferencias respecto a la era analógica. Eso poco o nada tienen que ver con política.
Cada uno debe sacar sus propias conclusiones sobre las soluciones y respuestas que ofrecen los diferentes partidos. De lo que os voy a hablar hoy es de cómo la tecnología está influyendo de forma decisiva en nuestro devenir diario.
Las redes sociales han adquirido un enorme poder, en gran parte gracias al tiempo que les dedicamos, y en cierta medida por la autoridad que le concedemos a lo que vemos allí, ya que mucha gente da por cierto lo que lee o ve dentro sin comprobar si es verdad. Los que nos movemos por el mundo digital vivimos bombardeados por impactos mediáticos varios. Videos que buscan reafirmar nuestras creencias y anclarlas allí. Declaraciones tajantes de TODOS los signos políticos que persiguen el titular que nos atraiga hacia un color concreto. Las redes sociales son parte del juego político y su influencia en nosotros nos salpica directamente. La tecnología aquí tiene un efecto sedante que nos adormece del pensamiento crítico.
¿Cómo nos influyen sin darnos cuenta?.
Al interactuar con dichas publicaciones, al ver videos de gente exaltada (muchas veces fuera de contexto), cuando pasamos tiempo recreándonos en la parte negativa de la historia, estamos alimentando al algoritmo. Indirectamente le decimos a la red social de turno que eso nos interesa, que queremos ver mas de lo mismo, cuidado con esto porque es fácil entrar en un círculo vicioso. Y esto es aplicable a cualquier temática: cocina, salud, sociedad, etc.
Las redes sociales viven de captar nuestra atención para que no nos vayamos a otro lugar, motivo por el que los algoritmos buscan una línea argumental que nos mantenga quietos. Así que cuanto más tiempo veamos videos o respondamos a publicaciones de un estilo concreto, más de lo mismo nos echarán a los ojos.
Voto analógico, voto digital.
Votar es uno de los actos democráticos mas importantes que podemos hacer. Es la única forma que tenemos de expresar conformidad, rabia o indiferencia de forma pacífica y meditada. Es un derecho que yo siempre he apreciado muchísimo, lo esperaba con ilusión al cumplir los 18 y lo he practicado siempre desde entonces. En todas las elecciones que ha habido: municipales, nacionales, europeas, siempre he ido a votar con ganas.
Entiendo a toda la gente que ha perdido la fe en el sistema político y en sus representantes. Vivimos una época en la que los ideales han sido sustituidos por las realidades. La gente quiere respuestas a problemas, pero los problemas requieren respuestas mas complejas que las que nos dan. La consecuencia es una desazón generalizada muy propia del siglo 21.
En los años 80 las cosas eran radicalmente distintas. España aún salía de una dictadura en muchos aspectos y la sensación de libertad se podía palpar en las ganas que tenía la gente de votar, de elegir con su voto a quién quería que le representara.
Con la llegada del nuevo siglo la tecnología hizo acto de presencia para dar respuesta a algunos problemas y generar otros nuevos. Cada vez mas votos se deciden a través de la influencia de los perfiles en las redes sociales, y de las campañas digitales de los partidos políticos. Nuevo siglo, nuevas normas de juego.
Reflexión necesaria.
Estamos en día de reflexión, uno de tantos en una de tantas elecciones. Hoy no es momento para hacer campaña; ni mítines, ni declaraciones, ni anuncios grandilocuentes. Hoy es momento de que nos dejen pensar.
Quizás es momento de reflexionar si queremos una sociedad centrada en lo que va mal, o una que busque soluciones. Quizás también es momento de apagar la tecnología y descansar de los impactos de las redes sociales.
Por lo general las soluciones a los problemas vienen de medidas complejas, de decisiones difíciles y de aceptar riesgos. Mas aún en un mundo con tantas realidades y tan difícil de entender para muchos.
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